El suicidio cultural

En el año 1994 el profesor y crítico literario Harold Bloom escribió con pulso profético: «Estamos destruyendo todos los criterios intelectuales y estéticos de las humanidades en nombre de la justicia social». Si la tradición cultural pasó a describirse como la historia de una dominación, la encomienda de la nueva crítica pasaba por emanciparnos, a veces forzosamente, de las antiguas cadenas. El riesgo era evidente y al tiempo que la investigación humanística se convirtió en una causa esencialmente política, la labor del activista y del intelectual tendieron a solaparse de forma casi indistinguible. Treinta años después podemos constatar que gran parte de los diagnósticos de Bloom se han cumplido. No existe prácticamente ningún debate académico en Estados Unidos que no aparezca... Ver Más

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