Tras cuatro años como presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM), órgano directivo máximo de la Organización Médica Colegial (OMC), y una pandemia todavía inacabada, Serafín Romero intentará revalidar su cargo en las elecciones que se celebrarán el próximo 27 de febrero. Precisamente, la crisis provocada por el Covid-19 le ha impedido culminar «grandes proyectos» como la renovación y unificación de los Estatutos del CGCOM y de la OMC y la actualización del Código de Deontología Médica que se propone terminar si el reelegido. Además, Romero, define como «urgente» la necesidad un Plan de Recursos Humanos para combatir la precariedad y que fomente el reconocimiento social y profesional de los médicos en España. ¿Por qué se presenta a la presidencia de la OMC? Culminar los dos grandes proyectos de la etapa que acaba y que quedaron sin cerrar debido principalmente a la situación pandémica como son: la renovación y unificación de los Estatutos del Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos (CGCOM) y los de la Organización Médica Colegial (OMC) y la actualización del Código de Deontología Médica. Igualmente llevar a cabo el Plan Estratégico aprobado en diciembre en la Asamblea donde se p riorizaron la transformación digital del CGCOM, la formación médica, el desarrollo profesional continuo, la validación periódica de la colegiación-recertificación y la acreditación de la formación, el impulso a nuestro papel referente en el ámbito internacional y el compromiso con las medidas expuestas en la Comisión de Reconstrucción del Congreso de los Diputados sobre nuestro sistema nacional de salud y especialmente en las políticas de recursos humanos. ¿Qué cambiaría de la organización? La organización necesita un cambio en su funcionalidad con una mayor participación de los Colegios de Médicos, mayor funcionalidad de nuestros procedimientos de tomas de decisiones y posicionamientos, y potenciar la profesionalización de las áreas del CGCOM. Es obligado una renovación estatutaria para aumentar la sensación de pertenencia de todos los colegios, cierre el debate de la proporcionalidad en relación al peso de cada uno por el número de colegiados, defina las competencias del CGCOM, Consejos Autonómicos y Colegios y cierre el debate de la financiación de los mismos. ¿Cómo valora las actuaciones de la OMC durante la pandemia? Mi valoración es muy positiva. Creo que la pandemia ha venido a resaltar la necesidad de los Colegios de Médicos y su función de servicio a la sociedad y a los médicos. Desde todos los Colegios se han desarrollado múltiples actividades encaminadas a abordar esta difícil y desconocida situación que ha desbordado cualquier previsión. Ningún tema por difícil y complejo que fuera no ha sido abordado desde nuestra institución. Hemos adaptado nuestros sistemas para mantener el trabajo habitual, nos hemos posicionado institucional y profesionalmente y hemos aumentado la lógica coordinación de acción entre todos los miembros de la Asamblea. Hemos revisado principios deontológicos que se han puesto patente en esta situación (telemedicina, priorización de la asistencia...). Hemos sido, en resumen, más Colegio. Hemos defendido causas justas como el reconocimiento de enfermedad profesional del contagio por el SARS-CoV2 que ahora ve la luz y el reconocimiento de la profesión médica como profesión de riesgo, la defensa del ejercicio libre especialmente en tiempos de Covid y la implementación de medidas de protección social a través de la Fundación. El Código de Deontología Médica está en proceso de actualización, ¿qué cambios necesita? El Código de 2011 supuso un avance muy importante en la incorporación de respuesta a situaciones de la práctica diaria: atención medica al final de la vida, acto médico e información al paciente, trasplantes, docencia, etc. Aun así, nos encontramos inmersos en una actualización de este, que ha tenido una amplia participación y que se ha paralizado por la pandemia. La misma pandemia que nos ha obligado a aprobar una declaración sobre consulta no presencial y telemedicina que respondiera a la situación actual y sobrevenida, y que a su vez nos ha abierto frentes como la priorización de la asistencia o los límites de asistencia sin la necesaria protección. A esto hay que añadirle el debate interno sobre la eutanasia generado por la Ley que se encuentra en el proceso final de su aprobación. Mejoras de redacción, incorporación de aspectos relevantes como la actualización del concepto de acto médico, etc., se encuentran en la actualidad pendiente de que podamos tener actividad presencial en la Asamblea. ¿Apoya o rechaza la ley de Eutanasia aprobada por el Gobierno? ¿Cree que puede comprometer a los médicos? Mi opinión al respecto es la que tengo como presidente del CGCOM y que se basa en nuestro Código de Deontología, en el posicionamiento de la Asamblea y la que defiende la Asociación Médica Mundial. Consideramos que la propuesta de Ley normaliza como acto médico la eutanasia y el suicidio asistido, lo que es contrario a nuestro Código y a los principios de la medicina, no prioriza o al menos contempla el derecho a unos cuidados de calidad, especialmente en el entorno de los cuidados paliativos y de la protección a las personas con especial dificultad lo que genera situaciones que aumenta el sufrimiento físico y psíquico a niveles de desear no seguir viviendo así, y genera en su texto actual aspecto tributarios de revisión para garantizar el derecho del médico objetor y el de la personas que se encuentran ante esa situación. «Es urgente un gran acuerdo sobre recursos humanos del Sistema Nacional de Salud que pase por combatir la precariedad» Durante la pandemia se ha hecho más visible que nunca el éxodo de médicos a otros países. No solo porque están mal pagados, sino por la inestabilidad laboral. ¿Qué propone para cambiar esta realidad? Lo que se ha puesto en evidencia son las carencias de un sistema nacional de salud que no tiene políticas de recursos humanos. Se han puesto en evidencia las decisiones erróneas al abordar la crisis económico-financiera y que han supuesto un éxodo de talento ante las condiciones de precariedad y temporalidad de los contratos médicos en España. Es urgente, como así lo hemos manifestado, un gran acuerdo sobre recursos humanos en salud del Sistema Nacional de Salud que pase por combatir la precariedad, que cambien el actual sistema de acceso a plazas dotándolo de más agilidad y especificidad, que mejore las condiciones retributivas y que incorpore un itinerario de desarrollo profesional que genere calidad y satisfacción en los profesionales. ¿Cuáles son los cambios más inmediatos que necesitan los médicos? Especialmente y en la línea de lo comentado el impulsar y mejorar el continuo formativo y especialmente el evaluativo que reconozca el esfuerzo y la dedicación y que fomente el reconocimiento social y profesional. Se necesita un Plan de Recursos Humanos. ¿Qué aspectos han quedado paralizados durante la pandemia del Covid-19 y necesitan retomarse de forma urgente desde su punto de vista? Paralizados están los Decretos de Desarrollo Profesional, el de Formación Médica, nuevas especialidades y áreas de capacitación específicas, el registro de profesionales esencial en políticas de recursos humanos y especialmente el de Atención Primaria que ante las lecciones aprendidas de la pandemia se hace obligado revisar, pero especialmente reactivar con carácter urgente.
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