Pablo Casado recibió en 2018 una oferta de una multinacional industrial de origen indio para irse a trabajar a París. Su mujer se lo había suplicado y él ya tenía tomada la decisión de abandonar la política activa. Mariano Rajoy acababa de ser expulsado del Gobierno de manera traumática por una moción de censura y el joven portavoz del PP no estaba dispuesto a ver cómo los suyos se erosionaban en la oposición y en la cruenta batalla por el poder interno desatada entre María Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría. Pero la «mente algorítmica» de su compañero el diputado por Murcia Teodoro García-Egea le hizo recapacitar. «Pablo, si pasas el primer corte de las primarias, puedes ganar», le dijo entonces su joven amigo y hoy secretario general. Portada del libroEl periodista Graciano Palomo (Villanueva de Grumiel, Burgos, 1953) desmenuza en su nuevo libro, «La larga marcha. De Rajoy a Casado» (La esfera de los libros), las claves de la caída del PP y su no menos tormentoso proceso de renovación. La obra, una crónica-ensayo de casi 600 páginas, arranca en la moción de censura contra Rajoy que, según Palomo, «sale adelante por una simbiosis política, judicial y mediática». Tras dos años de investigación sobre aquel hecho histórico que cambiará radicalmente el rumbo de la historia actual de España, el autor concluye que la operación de derribo contra el Gobierno conservador venía larvándose hacía años. «Existió una cacería judicial desde la izquierda», asegura remontándose a la famosa montería de 2009 en Jaén entre Baltasar Garzón y el entonces ministro de Justicia, Mariano Fernández Bermejo. En aquella juerga cinegética, el exjuez y primer instructor de la Gürtel apartado de la investigación por prevaricar, le dijo al ministro socialista de Zapatero: «Con esto vais a estar muchos años en el poder». «De las miles de llamadas que recibe, que las recoge (su jefe de gabinete) ‘Papi’ Ayllón, atiende sólo a dos: su hijo Juan y la de Ortuzar, que le confirma que votarán a favor de la moción». Palomo ata cabos. Cinco minutos después de conocerse la polémica sentencia judicial, «Garzón ya estaba en todas las televisiones señalando el famoso párrafo de entre mil y pico folios» donde se cuestionaba la «credibilidad» de Rajoy en su testimonio en el proceso de la Gürtel. Sobre aquella mención, la izquierda construye la moción de censura. «La corrupción en el PP existía y era muy obscena», asiente el autor. Pero el objetivo fue derribar a Rajoy, quien aquella tarde se confesó: «No he sabido comunicar bien. En eso me he equivocado», les dijo. «Rajoy no ha sido un político puro, ha sido un gestor», añade el periodista. Aquella tarde Rajoy se confesó ante sus íntimos colaboradores: «No he sabido comunicar bien. En eso me he equivocado» Sin duda el episodio más morboso para muchos transcurrió en el reservado del restaurante Arahy de Madrid, donde Rajoy apuró entre whiskies sus últimas horas como primer ministro mientras el Congreso aprobaba su expulsión de Moncloa. Palomo reconstruye aquel trance con todo detalle y cita diálogos entrecomillados de los protagonistas. «De las miles de llamadas que recibe, que las recoge (su jefe de gabinete) ‘Papi’ Ayllón, atiende sólo a dos: su hijo Juan y la de Andoni Ortuzar, que le confirma que votarán a favor de la moción». Entre rumores de que Soraya puede ser la sustituta, «Cospedal convence a Rajoy de que dimitir es asumir que es culpable. Y eso es demoledor para el hijo de un juez», señala el periodista La pugna por Génova El desconcierto en el PP es total. «En ese reservado hay partidarios de que dimita para dejar a Soraya de presidenta pero se impone el criterio de Cospedal». La ministra de Defensa y secretaria general de Génova, que comió lejos de allí, le convence de que no serviría de nada, porque igualmente perdían la votación. «Le avisa de que dimitir es asumir que es culpable. Y eso es demoledor para el hijo de un juez», señala Palomo. A partir de ahí se producen las primarias por el liderazgo del PP. En su nuevo libro, Palomo desvela «los cuatro motivos» por los que Alberto Núñez Feijóo renuncia a presentarse. «En un almuerzo que tiene lugar en Galicia, Rajoy le dice: ‘debes presentarte en el bien entendido de que yo no te lo estoy pidiendo’ Pero Feijóo quiso ir bajo palio».
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