«Somos los seres humanos los que estamos provocando las pandemias». Así de tajante lo afirma en conversación con ABC desde Kenia, la veterinaria y epidemióloga británica Delia Grace, autora principal del informe de la ONU: «Previniendo la próxima pandemia: las zoonosis y cómo romper la cadena de transmisión», una evaluación científica que explica el papel de los animales silvestres y domésticos en la aparición de zoonosis infecciosas, y concebido «para su uso por parte de responsables de la toma de decisiones en gobiernos, empresas y entidades de la sociedad civil». La aseveración de Grace sobre la responsabilidad humana no tiene nada que ver con la idea de un virus fabricado «ad hoc» en un laboratorio que defienden los teóricos de la conspiración, sino que se refiere a las prácticas que aumentan el riesgo de zoonosis, es decir, las enfermedades transmisibles entre animales y personas. Esta experta lleva más de 30 años investigándolas, y sabe que su número va en aumento debido a que «hay actividades humanas que no son sostenibles», y por ello la pandemia ocasionada por el brote de Covid-19 era un resultado «previsible» debido, entre otros motivos, a la forma en la que el ser humano «está alterando el medio ambiente» y al modo en el que «cultiva, consume y comercia los alimentos». «Debido a la destrucción ambiental, a la alta demanda de proteínas animales y de prácticas como la ganadería industrial, la frecuencia con la que los patógenos saltan de diferentes especies animales a las personas está aumentando», asevera. Ya en el 2011, Grace advertía en una entrevista que «el riesgo de una epidemia mundial está aumentando porque los países en desarrollo tienen más ganado», y «si hay más enfermedades en animales, habrá más enfermedades en humanos». De hecho, según explica, se estima que alrededor del 60% de las infecciones humanas tienen un origen animal y alrededor del 75% de todas las enfermedades infecciosas nuevas y emergentes se transmiten entre especies de animales y alcanzan a las personas. «La mayoría de las zoonosis descritas se producen de forma indirecta, por ejemplo, a través del sistema alimentario», detalla, y «ciertos animales tienen más probabilidades de albergar patógenos zoonóticos, como los roedores, murciélagos y primates no humanos, así como cerdos, vacas y pollos». Sobre el Covid-19, esta profesora del Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de Greenwich y científica del Instituto Internacional de Investigaciones Pecuarias (ILRI), con sede en Nairobi, Kenia, afirma que hay consenso científico sobre su origen animal. «Esta pandemia ha sido muy impactante, no solo a nivel sanitario, sino económico, pero aun así hemos tenido suerte: aunque el virus es altamente contagioso, su tasa de mortalidad no es demasiado alta. Podría haber sido mucho peor. Por eso es urgente enfocarnos no solo en su tratamiento, sino en sus causas, para saber cómo tenemos que actuar para evitar la próxima pandemia», que en todo caso no supone un hecho aislado. «Ya hemos sido testigos de muchas otras, como el VIH/SIDA, el ébola, el SARS…». De ahí que defienda la prevención por encima de la acción, y sea la impulsora de un cambio de estrategia a través del concepto «One health», («Una salud»): «Debemos poner énfasis en el bienestar y la salud medioambiental. Entre más sano esté el medio ambiente, más sanos estarán los animales y más sanas estaremos las personas», explica. Considerado por especialistas de todo el mundo como «el método óptimo para prevenir los brotes de zoonosis, así como para darles respuesta», este enfoque destaca que es indispensable «proteger los ecosistemas, desarrollar e implementar medidas de bioseguridad más estrictas, mejorar la salud animal, incluyendo servicios sanitarios para las especies silvestres, y eliminar gradualmente las prácticas agrícolas insostenibles». En definitiva, vigilar la salud ambiental y animal para proteger a las personas. En cualquier caso, Grace se muestra esperanzada en que en algún punto del próximo año el Covid-19 esté bajo control. «Hay más de 60 vacunas en desarrollo ahora mismo y es probable que alguna funcione. Además, es posible que tengamos disponibles test mejores y más rápidos». Pero insiste en la urgencia de tomar medidas para evitar que esta traumática experiencia se repita. «Debemos aprender de lo que está pasando», concluyó. Los siete factores que fomentan las pandemias El informe señala que «la tendencia creciente de las enfermedades zoonóticas está impulsada por la degradación de nuestro medio ambiente natural» y advierte que «surgirán más brotes a menos que los gobiernos tomen medidas activas para evitar que otras enfermedades zoonóticas se transmitan a la población humana». Además, detalla que es muy probable que sean siete los factores que están fomentando la aparición de zoonosis: el incremento de la demanda de proteínas animales, la intensificación insostenible de la agricultura, el aumento del uso y la explotación de las especies silvestres, la utilización insostenible de los recursos naturales, acelerada por la urbanización, el cambio del uso del suelo y la industria extractiva; el aumento de los desplazamientos y el transporte; las alteraciones en el suministro de alimentos, y el cambio climático.
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