Maestro Curao

la noche en la que Calixto Sánchez rajó las cortinas del Lope de Vega con el fandango del Carbonerillo andaba entre bambalinas un veinteañero de Los Palacios que, sin saberlo aún, estaba fundando un nuevo horizonte para el flamenco. Todas las grandes expediciones de la historia han incluido un cronista para dejar constancia de la hazaña. La Bienal también. Manuel Curao recibió las primeras tomas de jondura con los calostros. Su padre, que era manijero en el poblado marismeño de Cotemsa, le enseñó cómo cambiaba el viento entre Lebrija y Utrera, primera lección sobre la diferencia entre la soleá de Juaniquí y la de la Serneta. Manuel nació en Los Palacios, que está en todo el tomate de los cambios... Ver Más

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