Como bien acaba de explicar Cameron, que a pesar de su patinazo del Brexit no era ningún cretino, la crisis del Covid ha sometido a los países a un estrés económico y vivencial equivalente al de un estado de guerra. Por eso se requieren medidas absolutamente excepcionales y gobiernos decididos y eficaces dispuestos a adoptarlas. Pero en España empieza a cundir la parasicológica sensación de que Sánchez es en realidad un holograma; omnipresente, porque su aparato de propaganda es incansable, pero inoperante. El contraste entre lo que dice que hace y lo que no hace empieza a resultar fascinante: -Lo primero que se le pide a un gobierno en un estado de emergencia epidemiológica son los datos básicos y transmitirlos con...
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