¿De dónde procede el furor por la alimentación en el deporte de élite? Una profesión joven de finales de los años noventa, el nutricionismo, se ha convertido en parte primordial para muchos futbolistas, atletas, tenistas, ciclistas, nadadores o pilotos de Fórmula 1. La alimentación es ahora parte fundamental del cuidado integral del deportista. La proliferación de las dietas enlaza con el modelo social que se impone en nuestros días, tendente a exhibir una imagen pública reluciente, principalmente en las redes sociales. Pero en el núcleo de la cuestión, las estrategias nutritivas consisten en comer mejor para durar más tiempo en la cima. De un lustro a esta parte, el modelo alimentario de los equipos y los profesionales se ha convertido en un factor ligado al éxito y, a largo plazo, a la estancia entre la élite. Un pilar del rendimiento que, como expuso en su día el alma mater del Ineos (antiguo Sky), Dave Brailsford, se mide en ganancias marginales, en apariencia inapreciables al momento, pero perdurables en el tiempo, según dicen los especialistas consultados por ABC. Amaia Martioda es nutricionista en el equipo ciclista Kern Pharma, que cumple su segunda temporada en el pelotón profesional. «Los que trabajamos en nutrición lo hacemos desde el acompañamiento en grupos deportivos. No hay una dieta específica que mejore el rendimiento, nosotros hablamos de estrategias nutricionales que priorizan nutrientes durante la temporada. Enseñamos cambios en la alimentación para hacer más resistente el metabolismo, para quemar más moléculas de grasa corporal o de sustrato de la grasa. Mejoramos la sensibilidad energética». Guillermo Gómez Vera es jefe de la unidad de nutrición deportiva de la Clínica Cemtro y nutricionista del Alcorcón, de la Segunda división de fútbol. «El auge se debe a la importancia que le damos a la imagen y al impacto de las redes sociales. Hay muchos gurús que venden estas dietas como si fueran milagros que van a deparar resultados a corto plazo. Pero esto no pasa si no hay asesoramiento profesional. Puede derivar en deficiencias nutricionales, trastornos en la conducta alimentaria. Futbolistas, deportistas o celebrities sacan a relucir estas dietas de moda porque siempre hay algún interés económico por detrás». ¿Por qué la alimentación es tan importante para los deportistas? En opinión de Gómez Vera, «una nutrición adecuada te da una ganancia mínima de rendimiento. Pero te ayuda a estar en la élite mucho más tiempo. Un deportista tiene un desgaste brutal. El deporte de alto nivel no es sano, porque se lleva el cuerpo al límite para bajar la marca, conseguir más goles o ir más rápido. Una buena alimentación permite abordar los entrenamientos de alta carga y recuperar para el siguiente. También para prevenir lesiones por el estrés muscular y óseo al que están sometidos los futbolistas». Cada deporte posee su particularidad alimentaria. «En los deportes intermitentes, fútbol, tenis, baloncesto, en los que predominan los choques y los golpes se necesita un aporte medio de carbohidratos y proteínas –informa Gómez Vera–. Se pone a prueba el físico y se necesita recuperación. En los deportes de resistencia, ciclismo, atletismo, triatlón, se imponen los carbohidratos (pasta, arroz). No entrenan una hora, sino mucho tiempo y las competiciones son muy largas. En las modalidades de fuerza, de esfuerzo intenso, corta duración y descanso, como la halterofilia, se deben consumir proteínas (carne, pescado, huevo, legumbres) porque hay mucho desgaste muscular y alta tensión». La planificación nutricional en un equipo ciclista profesional consiste en esto. «Durante el periodo de competición, enfocamos la alimentación para que se puedan recuperar de un entrenamiento de alta carga a otro. Se trata de que lleguen a las carreras con los depósitos de glucógenos llenos y de enseñar al ciclista a no quedarse vacío cuando compite», cuenta Amaia Martioda. Cada ciclista es un mundo, también en la alimentación. «Es un trabajo individualizado porque cada ciclista posee un perfil. Hay quien tiene problemas para ajustar el peso y otros que llevan una buena educación nutricional. Hay que cuidar todo, incluidos los avituallamientos». Guillermo Gómez Vera apela a los profesionales, no a las dietas milagro. «Un ayuno intermitente puede ser peligroso para un futbolista de alto nivel. Además de estar en forma para el entrenador, muchos buscan espacio en la publicidad con las marcas, los abdominales definidos y esas cosas. Y es muy peligroso. Las temporadas se alargan, el desgaste puede ser importante y la falta de nutrientes tiene consecuencias a nivel de lesiones». Y Amaia Martionda argumenta que la dieta no puede ser una obsesión. «Muchos ciclistas han rendido mucho mejor cuando se han quitado el cliché del peso idealizado. Sería que tenían mala relación con la alimentación. Un exceso de control, el vivir continuamente pesando los alimentos genera tensión más que bienestar. No puede ser que si llega a una carrera con 55,5 kilos en vez de los 55 de su peso ideal ya esté frustrado».
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