«¿Lloraba el Príncipe?», preguntó Alfonso XIII a su médico cuando se quedó a solas con él tras recibir la Extremaunción. La Familia Real había entrado unos instantes a verle en su habitación, la número 32 del Gran Hotel de Roma, y el monarca debió de ver a su hijo, Don Juan, serio y pálido. «No, Señor», le respondió el doctor Frugoni y el monarca se mostró satisfecho: «Me alegro mucho, porque si hubiera llorado no serviría para Rey». Julián Cortés-Cavanillas no estuvo presente cuando murió Alfonso XIII, pero se informó de todo cuanto sucedió en los últimos días y en las últimas horas del monarca. El periodista y escritor preguntó a los sacerdotes que le atendieron espiritualmente, los padres Ulpiano López...
Ver Más
0 Commentaires