Ni la Justicia francesa consigue sentar en el banquillo a José Antonio Urrutikoetxea, 'Josu Ternera', que sigue en libertad vigilada y no será trasladado a España para responder por sus crímenes -se le presume autor intelectual del atentado contra la casa Cuartel de Zaragoza de 1987- hasta que no salde las dos causas pendientes en el país vecino. La primera de ellas es una condena en rebeldía de prisión de 2010 a siete años de prisión por asociación de malhechores por la que el terrorista pidió ser juzgado en persona tras su detención en 2019. El Tribunal de Apelación competente decidió ayer aplazar la vista, que ya se había suspendido anteriormente en octubre, por la imposibilidad de los testigos de la defensa de acudir debido a las restricciones de movilidad de la pandemia. Entre ellos, se había citado al antiguo miembro del IRA Gerry Kelly, al ex secretario general de la Interpol, Raymond Kendall y al socialista Jesús Eguiguren, que hace dos semanas ya anunció que no asistiría. Eguiguren representó al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero en las negociaciones con ETA de 2005 y 2006, marco en el que los abogados de Josu Ternera quieren insertar a toda costa las actividades por las que Francia tiene pendiente juzgarle, y en las que buscan que el procesado aparezca como un constructor de paz que en tarea pseudo diplomática apostó por el fin de la banda. Los hechos a los que remite el doblemente aplazado juicio de ayer se remontan a entre 2002 y 2005 y las pruebas don unas huellas encontradas en pisos francos de ETA, que su defensa justifica argumentando que Ternera estaría en ellos preparando las negociaciones. Al margen, en París, el Tribunal Correccional también le espera en junio para intentar poner en marcha la revisión de otra condena a 8 años que impuso al terrorista en ausencia en 2017, entonces por su papel en el aparato político de ETA desde finales de 2011 tras el anuncio por la banda del abandono de la lucha armada y hasta que fue expulsado de Oslo en febrero de 2013 por las autoridades junto a los etarras David Pla e Iratxe Sorzábal. En tanto las causas francesas no avanzan no podrán ejecutarse las demandas de entrega a España que ya han sido aceptadas en el país vecino. A saber, la extradición por el atentado de Zaragoza, la Orden Europea de Detención por la financiación e ETA a través de las herriko Tabernas -ambas recurridas en casación por la defensa de Ternera- y la extradición por el asesinato en 1980 del empresario Miguel Hergueta. Precisamente, la semana pasada, el juez Santiago Pedraz notificó por videoconferencia al terrorista el procesamiento por este crimen, en el que el etarra dijo no haber participado. Más allá, Francia ha desestimado ningún traslado para que Ternera sea juzgado en España por lesa humanidad.
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