El populismo de este siglo en América Latina no ha hecho más que reforzar uno de los mayores impedimentos para que la integración avance en la región: el sentido patrimonialista del poder, que lleva al apalancamiento en el gobierno y a la reticencia a cualquier traspaso de soberanía hacia entes supranacionales compartidos. La retórica de Hugo Chávez hizo creer a sus partidarios que su alianza estratégica con los líderes de Bolivia, Ecuador, Nicaragua, Brasil o Argentina era el comienzo del cumplimiento del sueño de Bolívar de un continente unido. En realidad, ese periodo de bolivarianismo «sui generis» ha sido un obstáculo para la convergencia efectiva de los países latinoamericanos. Así lo constata Carlos Malamud, historiador e investigador del Instituto Elcano, en...
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