Cipolla y los estúpidos

Los griegos clásicos designaban con la voz ‘idiotés’ al hombre que, volcado en sus propios asuntos, vive de espaldas a la vida pública. A través del latín, y con variaciones flexivas mínimas, españoles, franceses, ingleses o alemanes adoptarían el término para calificar al simplemente tonto o carente de luces. Se verificó, en fin, una contaminación plural de las hablas vulgares por un concepto que en origen había abrigado un contenido sociopolítico. Hace cuarenta y cinco años pelados el historiador de la economía Carlo M. Cipolla decidió invertir, como dicen los de su gremio, el flujo importación/exportación: introdujo en un término de uso corriente, ‘estúpido’, una dimensión teórica. Sobre la invención del italiano, desarrollada en un opúsculo agudo y breve (‘Leyes... Ver Más

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