José Bergamín dijo una vez que en su vida había visto mucha gente con fama de fascista o que quisiese ser fascista, pero que fascistas de verdad sólo conoció dos: José Calvo Sotelo y Manuel Fraga. Tenía también lo suyo Bergamín, pero sirva esto para advertir lo cerca que está el PP de repudiar en un día tonto a su propio fundador. Fraga sería lo que fuese, pero era «otro nivel». En octubre de 1978 publicó en ABC una Tercera que ahora se lee como un oráculo. Comentaba en ella la paradoja de las constituciones contemporáneas: habiendo nacido para limitar el poder de los gobernantes, en la práctica lo estaban ampliando. Esa «omnipotencia constitucional» tenía tres causas fundamentales. La primera era que...
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