Confirmarse en Europa tumbando a un campeón

El 21 de mayo de 2008, el Manchester United levantó en Moscú su última Champions League tras imponerse al Chelsea en la tanda de penaltis. Aquella fue la consagración de una generación de futbolistas que tenía en Cristiano Ronaldo a su principal estrella y en Sir Alex Ferguson al perfecto director de orquesta. Ni el uno ni el otro siguen en el club, si bien el portugués continúa metiendo goles en Europa vestido de bianconero. Por aquellas mismas fechas, se sucedían las reuniones en las oficinas de Red Bull, la famosa marca de bebidas energéticas, con el objetivo de ampliar su negocio en el mundo del fútbol después de que Dietrich Mateschitz, fundador y propietario de la compañía, comprara años atrás el RB Salzburgo. Aconsejado por su amigo Franz Beckenbauer, la intención era hacer lo mismo con un club de Leipzig, en Alemania. La idea era refundar el SSV Markranstädt, de la quinta división, pero las trabas del gobierno alemán a poner el nombre de Red Bull a la entidad retrasó una operación que se terminó cerrando en mayo de 2009. Había nacido el RB Leipzig, rival que esta noche peleará con el United por un puesto en los octavos de final de la Champions. El partido de ida no pudo estar más desnivelado, pues los diablos rojos le endosaron un contundente 5-0 al conjunto alemán. Sin embargo, los encuentros venideros provocaron que se llegue a la última jornada con el casillero de puntos igualado: nueve para cada equipo. Así, el resultado de la visita de esta noche del United a Leipzig dirimirá quién se clasifica para la siguiente ronda de la Champions. El tercer equipo en discordia es el PSG, también con nueve puntos, cuyo duelo como local contra el Estambul Başakşehir le convierte en favorito para estar en el sorteo de octavos. Caminos muy distintos Desde aquel lejano 2008, RB Leipzig y United no han podido protagonizar caminos más dispares. Mientras el conjunto alemán ha experimentado un crecimiento meteórico, pasando en diez años de militar en la quinta división a jugar unas semifinales de Champions, los ingleses aún no se han recuperado de la marcha de Sir Alex Ferguson en 2013. Desde su salida del banquillo, el United no ha vuelto a conquistar una Premier, una competición que había ganado hasta en seis ocasiones con el técnico escocés en el siglo XXI. Además, se ha quedado cuatro temporadas sin disputar la Champions, algo inaudito en el club en la «era Premier». Por eso, el duelo de esta noche se presenta como un enfrentamiento entre el histórico que lucha por recuperar su sitio y el aspirante que quiere ganárselo. En sus ligas, ambos clubes se mantienen en la lucha por el título. El United de Ole Gunnar Solskjaer parece haber encontrado al fin el buen rendimiento, aupado por un Bruno Fernandes que desde su llegada el pasado invierno ha revolucionado al equipo. Por otro lado, el RB Leipzigz de Julian Nagelsmann aguanta el pulso al todopoderoso Bayern de Múnich, después de empatar en el Allianz Arena el pasado sábado. Así pues, descartando de la ecuación al PSG, al United le vale con el empate para estar en octavos. El Leipzig, en cambio, necesita salir a por la victoria. A su favor está el factor cancha, que ya hizo valer en su duelo contra el PSG, al que se impuso por 2-1 en Alemania. En la mente de los dos, estar en octavos: el United, que no podrá contar ni con Cavani ni con De Gea, en busca de llegar lejos en la competición que tanta gloria le dio; el Leipzig, con Upamecano como principal baja, ante el reto de repetir la hazaña de la temporada pasada y colarse entre los mejores del continente.

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