Las ilusiones ópticas en las que las personas perciben movimiento a pesar de ser trazos estáticos han desconcertado no solo a los que ven estas imágenes, sino también a los neurocientíficos. ¿Cómo es posible este fenómeno? ¿Qué mecanismos se activan en nuestro cerebro para que veamos que una rueda gira sin que en realidad se produzca ningún tipo de movimiento? Un grupo de científicos de la Universidad de Yale dicen haber encontrado algunas respuestas en los ojos de las moscas. Los resultados acaban de publicarse en la revista «Proceedings of the National Academy of Sciences» (PNAS). El asunto es que las moscas también son «engañadas» por las mismas ilusiones ópticas de los humanos, lo que facilita el seguimiento de este fenómeno en sus pequeños cerebros. «Fue emocionante descubrir que las moscas perciben el movimiento en imágenes estáticas de la misma manera que nosotros», afirma Damon Clark, profesor asociado de biología molecular, celular y del desarrollo y de física y neurociencia en Yale. Dos miembros del laboratorio de Clark, Margarida Agrochao y Ryosuke Tanaka, hicieron el siguiente experimento: presentaron a las moscas ilusiones ópticas similares a las imágenes que acompañan este texto. Después midieron el comportamiento de los insectos, para verificar si percibían el movimiento en esta ilusión óptica igual que los humanos. Así, observaron que igual que las personas, las moscas giran instintivamente sus cuerpos en la dirección del supuesto movimiento de la ilusión óptica. La ilusión de Fraser-Wilcox surge de un patrón más simple que el anterior. Cuando los espectadores prestan atención a este patrón sin mirarlo, por ejemplo, mirando en otra parte de la página o el monitor, el patrón parecerá girar lentamente en el sentido de las agujas del reloj para algunos espectadores. Las moscas están sujetas a una ilusión de movimiento similar con este patrón. - A. Kitaoka; ilustrado por R. Tanaka En esta imagen estática, los espectadores deberían ver los círculos girando en diferentes direcciones. El efecto es particularmente pronunciado cuando los ojos del espectador se mueven o parpadean. - A. Kitaoka; ilustrado por R. Tanaka Al mismo tiempo, los investigadores examinaron tipos específicos de neuronas que gobiernan la detección de movimiento en las moscas y encontraron un patrón de respuestas. Al «encender» y «apagar» esas mismas neuronas, los investigadores pudieron cambiar la percepción de las moscas del movimiento ilusorio. Al apagar dos tipos de neuronas de detección de movimiento, eliminaron la ilusión por completo. Al bloquear solo uno de los dos tipos, las moscas percibieron un movimiento irreal en la dirección opuesta a la que tenían con ambas neuronas activas. En base a estos datos, los investigadores teorizan que la ilusión óptica es el resultado de pequeños desequilibrios en la forma en que los diferentes tipos de detectores de movimiento contribuyen a cómo las moscas responden o no a las ilusiones. Experimentos con humanos Dado que existen similitudes entre el procesamiento visual de las moscas y los humanos, los investigadores diseñaron experimentos para probar si la teoría que desarrollaron para las moscas también podría aplicarse a las personas. Pidieron a 11 participantes que les contaran acerca del movimiento que vieron en la ilusión visual. Esos experimentos mostraron que los sistemas visuales humanos son más complicados que las moscas, pero los resultados sugieren que un mecanismo similar subyace a esta ilusión de movimiento en los humanos. «El último ancestro común de las moscas y los humanos vivió hace quinientos millones de años, pero las dos especies han desarrollado estrategias similares para percibir el movimiento -explica Clark-. Comprender estas estrategias compartidas puede ayudarnos a comprender mejor el sistema visual humano.
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