Cómo evitar que la arena, el calor o el polvo deterioren la tapicería del coche

Este verano son muchos los que han optado por viajar en coche por España. Y aunque la mayoría han elegido destinos vacacionales de playa, tanto si es montaña o tu ciudad, conviene cuidar el coche antes de salir y, todavía más si cabe, al volver. Y no solo nos referimos al exterior, es decir, a la carrocería y pintura, sino también al interior y las tapicerías. Ambas son de las partes más delicadas del vehículo, a las que hay que prestar mucha atención. Ejemplos como salir de la playa o de la piscina y sentarse con el bañador húmedo en el coche es un clásico que puede resultar peligroso, además de la cantidad de polvo y arena que se introduce en el habitáculo, que no solo tienen la capacidad de manchar y de esconderse en cualquier rincón de la tapicería sino que el roce de los granos de arena de mayor tamaño en las más delicadas pueden rayar e incluso romper la superficie. También el salitre, la sal que acompaña a la humedad del agua del mar, forma cercos blancos potencialmente dañinos para las telas y pieles de la tapicería del coche. O el cloro de la piscina y otros compuestos que también llevan sus aguas dejan un olor muy característico en el interior y también pueden deteriorar la superficie del tejido. Por todos estos motivos, y para eliminar el peligro que tienen estos elementos sobre el interior del coche una limpieza a fondo en el momento, o a las pocas horas, es lo más conveniente. Así lo advierten los especialistas en limpieza de vehículos de Alvato y recomiendan emplear medidas especiales de protección y recuperación. Existen productos especialmente indicados para el cuidado del interior del vehículo, en particular para tapicerías. Uno de ellos, basado en nanotecnología, se aplica después de la limpieza con el fin de darle una capa de protección frente a la humedad, el polvo y otros agentes externos. Se evita de esta manera la adherencia de humedades y de partículas no deseadas, ya que están diseñados para repeler el agua (hidrófugos) y el polvo. Hidratar el cuero es especialmente importante ya no solo en verano sino durante todo el año. El sol, el agua y la arena resecan la superficie de este material y se abren unas grietas que pueden terminar en rotura, por ello es mejor hidratar que el coste que supone cambiarla. Pero también hay que ocuparse de la parte que no se ve de las tapicerías, el relleno de los asientos, que se llena de suciedad filtrada y es conveniente utilizar máquinas especiales que expulsan vapor, producto y líquido por un lado y aspiran con mucha potencia por el otro haciendo desaparecer esa 'basura' microscópica oculta bajo la tela.

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