Los besamanos del fin de semana de la Candelaria

La fiesta de la Candelaria se celebra el 2 de febrero y tiene un profundo significado religioso y cultural en muchos lugares del mundo. Su origen se remonta a la presentación de Jesús en el Templo y la purificación de la Virgen María, siguiendo la tradición judía de presentar a los primogénitos varones 40 días después del nacimiento. Durante este fin de semana, con motivo de la fiesta de la Candelaria, varias hermandades han celebrado cultos y besamanos en honor a sus titulares marianas, junto al besapiés del Cristo de la Buena Muerte de la Hiniesta. Esta festividad, que marca el fin del ciclo navideño litúrgico, es una ocasión especial para la veneración de imágenes de la Virgen. La Virgen de la Candelaria ha sido protagonista de un besamanos multitudinario en estos días, presentándose ante sus devotos ataviada con su manto de salida y bajo palio, evocando imágenes de otras épocas en la hermandad. Este gesto, además de resaltar la solemnidad de la festividad, ha permitido a los fieles acercarse de una manera especial a la Virgen, generando un ambiente de devoción y emoción que ha llenado la iglesia de San Nicolás de fieles. En el santuario de los Gitanos, la Virgen de las Angustias descendió desde lo más alto del templo tras la celebración de su triduo, dando paso a la función solemne y al esperado besamanos. Para esta ocasión, se presentó ante a los hermanos con una estética que evocaba estampas de principios del siglo XX. El besamanos, que contó con una gran afluencia de fieles, permitió a los devotos acercarse a la Virgen en un ambiente de recogimiento y emoción, en una de las imágenes más especiales que ha ofrecido la hermandad con uno montaje de grandes dimensiones. Otra hermandad que celebró cultos en honor a su titular mariana fue la de Los Estudiantes. Durante estos días, la Virgen de la Angustia se situó a los pies del Cristo de la Buena Muerte, formando un stabat mater, dos tallas de una gran calidad artística, como también es Triana, la Virgen de la O Gloriosa que, con motivo de la fiesta de la Candelaria, cada año, se sitúa en besamanos a los pies de la dolorosa en la parroquia de la calle Castilla. Cerró este día el besapiés del Cristo de la Buena Muerte de la Hiniesta como finalización de sus cultos vividos durante toda la semana. Situado de manera erguida en el presbiterio de San Julián y con la Virgen de la Hiniesta y María Magdalena en el fondo del montaje.

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