Demasiada presentación para una novillada, y demasiada poca raza para Madrid

Una ovación de salida se llevó el primero de la tarde, tan armado como un imponente toro de plaza de primera. Pero ese recibo por parte de la afición no era justo, ya que tan malo es pasarse, como no llegar. Tan mal presentado está un animal al que falta remate, como éste, tan exagerado. Tras una buena brega de Juan José Domínguez, Tesuguito topaba en la muleta más que otra cosa, aunque, por suerte, era noble. La labor de Rafael Reyes no pudo nunca pasar de discreta, mientras los abanicos se movían rápidamente por los tendidos, por el insoportable calor. Ya advertían a los turistas los vendedores de almohadillas de que la piedra estaba «very hot». ¡Qué mérito y... Ver Más

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