Primer golpe. Jesús Despojado

Lo que son las cosas. La foto de una nueva escultura para la cofradía ha activado la necesidad de reflexionar sobre una corporación con un enorme potencial pero con agujeros negros. Desde que regresó a la Semana Santa, Jesús Despojado ha desplegado una enorme vitalidad. Año tras año reúne cada vez a más gente hasta convertirse en una de las citas ineludibles de cada Domingo de Ramos. Tiene dos imágenes titulares muy buenas, el acompañamiento musical de los pasos es impecable y ha conseguido un palio muy evocador. Sin embargo en el terreno escultórico reside su talón de Aquiles. Ni el misterio ni la imagen de San Juan Evangelista tienen una calidad acorde con la cofradía que se pretende construir. Hay conjuntos escultóricos que sirven para un momento determinado de la historia pero que pasado un tiempo han cumplido su función y necesitan un cambio. Lo ocurrido en el Buen Fin ha activado a un buen número de hermandades que se están poniendo en marcha para mejorar lo manifiestamente mejorable. Hermanos de Jesús Despojado están organizándose en un movimiento renovador y revisionista que le de solución a problemas que se ven desde fuera pero que no se perciben (al menos eso parece) desde dentro. La hermandad cumplirá en 2025 50 años de su retorno a la Semana Santa. Puede ser para todo esto un magnífico punto de partida.

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