El resultado no era muy propicio, porque la universidad de Vanderbilt, del estado de Tennessee, perdía 21 a 0 a domicilio contra los «tigres» de Missouri. Pero ese momento en el que el dorsal 32 de los visitantes, con el apellido Fuller a la espalda y el lema «Play like a girl» (Juega como una chica) grabado en el casco, ya forma parte de la historia. Porque bajo todas esas protecciones que exige el fútbol americano estaba Sarah, que se convirtió en la primera mujer en disputar un partido masculino de la NCAA, liga universitaria de Estados Unidos y antesala de las grandes competiciones deportivas del país, como la NFL o la NBA. El equipo de fútbol americano de Vanderbilt, castigado por las restricciones sanitarias y los protocolos contra el coronavirus, se había quedado para el partido sin «kickers», una posición en la que rara vez se entra en contacto con otros jugadores pero que es de vital importancia, porque es ese jugador el que se encarga de lanzar los «golpes directos» y conseguir puntos y yardas para su equipo. Es decir, que es necesario un buen pie para esta empresa. Y ante la ausencia de ese concepto en su plantilla, el entrenador Dereck Mason miró hacia ese extraño deporte tan venerado en Europa, el «soccer». <blockquote class="twitter-tweet"><p lang="en" dir="ltr">CHANGING THE GAME <br><br>Sarah Fuller just became the first woman to play in a Power 5 college football game. <a href="https://twitter.com/SECNetwork?ref_src=twsrc%5Etfw">@SECNetwork</a> <a href="https://t.co/Qq3U6jtica">pic.twitter.com/Qq3U6jtica</a></p>— SportsCenter (@SportsCenter) <a href="https://twitter.com/SportsCenter/status/1332759578027683842?ref_src=twsrc%5Etfw">November 28, 2020</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script> Curiosamente la universidad afincada en la localidad de Nashville, capital del estado, había adquirido reputación en el fútbol tradicional al ganar en noviembre del año pasado el torneo de la conferencia del sureste. En ese equipo, los Commodores, jugaba de portera Sarah Fuller, sorprendida por la llamada de Mason para hacer el trasvase a la modalidad americana. «Quiero ser una influencia para todas esas chicas que hay ahí fuera. Solo quiero decir que puedes hacer lo que te propongas», declaró la deportista tras el partido. Fuller, en su debut, completó un lanzamiento de 35 yardas (32 metros), en un golpeo «trampa», de los que rebotan muchas veces en el suelo para evitar que el rival recupere la pelota en una situación favorable. «El 99,9% del fútbol americano está dominado por hombres, pero hoy algo se ha roto. Se ha hecho historia», aseguró su entrenador.
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