Lopetegui marca el destino del Real Madrid

Le va la marcha. Se siente fuerte. Confía en él mismo y cree en sus futbolistas, aunque le fallen en determinados momentos. Zidane siempre ve la botella medio llena. Es la idiosincrasia del Real Madrid, la que le ha llevado históricamente a los éxitos. Una actitud positiva que ahora esgrime ante la crisis más grave que el entrenador ha vivido desde que debutó en el banquillo madridista el 4 de enero de 2016, acuciado por tres finales en nueve días que pueden decir el futuro del club en las dos competiciones capitales de cada temporada. Zizou ataca esta cruda situación con realismo y subraya ante sus pupilos que el Real Madrid se le juega mañana ante Sevilla de Lopetegui, no el miércoles. Y no quiere que piensen en la Champions. El francés analiza que la Liga es fundamental para él y para el club. No puede perder más puntos importantes ante equipos que además son rivales directos, el Sevilla y el Atlético. Los rojiblancos aventajan ya a los blancos en seis puntos y han jugado un partido menos que su eterno rival. Ramos jugará el miércoles. El capitán se entrenó con el equipo, pero Zidane no arriesgó y prefiere que esté al cien por cien en la Champions Sin pensar egoístamente en su futuro, qué podría estar en peligro el miércoles si cae eliminado en la Copa de Europa, el técnico madridista ha manifestado a la plantilla que deben darlo todo en la final de Sevilla y no reservarse para la otra final ante el Borussia Moenchengladbach. Los futbolistas están de acuerdo en esa valoración. El Real Madrid no se puede permitir tres derrotas consecutivas, ante el Alavés, el Shakhtar y el Sevilla, señala Zinedine en una opinión que refrenda la entidad. El Sánchez Pizjuán es una cita clave tanto para el entrenador como para los jugadores. Y el francés sabe que, si sufriera una derrota estrepitosa esta tarde en Nervión, incluso podría ser destituido. Sus hombres también lo saben. Y no quieren permitirlo. Es, el de hoy, un encuentro con morbo. Lopetegui, que relevó a Zidane hace dos años y fue destituido del banquillo del Real Madrid cinco meses después, puede marcar el porvenir del conjunto blanco en el campeonato y el del francés en el cargo. No le gustaría al guipuzcoano ser el responsable de nada desagradable. No guarda rencores. Sabe cómo es el fútbol y las circunstancias que puede soportar un técnico cuando los momentos de los equipos son críticos, como le sucedió a él justo hace 24 meses. Pero el campeón vigente ha llegado a un punto límite y el vasco es el primer adversario en esta situación complicada del conjunto blanco. Ayudar a solucionarla quiere Sergio Ramos. Ayer se entrenó bien con el grupo, pero Zizou no quiso arriesgar y no le convocó para un encuentro que el capitán siempre desea jugar, en su antiguo estadio y ante su antigua afición, esa que le increpa injustamente cada vez que el sevillano visita el Sánchez Pizjuán. Le duele al andaluz esa ingratitud. Hoy no la vivirá. Zinedine, listo, también ha querido evitar ese desgaste extra a su jefe de la plantilla, que supera al meramente físico. Lesionado el 17 de noviembre con la selección española, el responsable deportivo del Real Madrid ha preferido que «Sergio», como le denomina, se entrene durante cuatro días más para llegar al cien por cien el miércoles ante el Borussia. Tampoco viajaron Jovic, que ya ha dado negativo en el control de coronavirus, y Mariano, el último caído en esta lacra de lesiones paralela a la pandemia. Es la decimoctava baja madridista de la temporada. El delantero de origen dominicano sufre una dolencia muscular en la pierna izquierda y estará ausente durante dos semanas. Se siente respaldado Diez días marcarán el porvenir del campeón vigente y Zinedine ha hecho un trabajo psicológico para que el futbolista no se abrume con el compendio de partidos importantes. «Todos lo son, no solo estos tres», advierte el entrenador a sus jugadores. Hay que centrarse en el primero que llega y no hacer cábalas sobre los siguientes. El técnico se siente apoyado por su empresa: «He recibido el respaldo del club, completamente. Voy a darlo todo y así será hasta el último día, yo y mis jugadores». Y por gran parte del vestuario: «Los jugadores lo que quieren es ganar y me han demostrado siempre su cariño, lo más importante es que todos juntos tenemos que sacar adelante esto».

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