A Donald Trump, recién llegado al trono del Oval, le pararon en seco los jueces federales. Literalmente le recordaron que los padres fundadores de la democracia en América dividieron el poder en tres para evitar su degeneración en dictadura. Le tumbaron la orden presidencial de cierre selectivo en las fronteras. Antes de salir de la Casa Blanca, otra treintena de jueces de todos los colores y Estados de la Unión han rechazado sus denuncias por pucherazos en los recuentos. No obstante, desde que la cadena Fox, su televisión baluarte, le dio perdedor en Pensilvania, se acabó la rabieta. Las instituciones tienen vida propia en la democracia liberal. Una molestia para quienes solo las ven como un terreno de conquista. En...
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