
El año pasado, tan solo seis meses después del pleno de investidura, se daba por hecho que Vox daría su brazo a torcer y permitiría al bipartido de PP-Cs aprobar sus primeras cuentas en coalición en el Ayuntamiento de Madrid. No fue así. El equipo liderado por José Luis Martínez-Almeida logró la mayoría necesaria para sacar sus presupuestos en solitario gracias a un abismal error de cálculo de Más Madrid. En esta ocasión, el escenario desolador de la pandemia parece que ha allanado el camino hacia la reedición del pacto de investidura entre los tres grupos de centro-derecha. La formación que lidera Javier Ortega Smith en el Consistorio dio el viernes el visto bueno previo a la elevación al pleno del texto, que se someterá hoy a votación. Hasta ayer por la tarde los grupos municipales ultimaban los flecos de las enmiendas presentadas. Salvo sorpresa mayúscula, entre PP, Cs y Vox reina la «tranquilidad». De las 451 aportaciones realizadas al borrador inicial, aprobado en la Junta de Gobierno, el bipartito respaldó 40 de las 43 propuestas registradas por el partido de Ortega Smith. Gracias a ello, en esta ocasión, sus votos positivos sí permitieron obtener el dictamen favorable de la comisión de Hacienda, un paso necesario antes de que sean ratificadas en el Palacio de Cibeles. Más Madrid y PSOE continúan anclados en su «no es no» y votaron en contra. Se prevé que hoy hagan lo mismo. Sus enmiendas a la totalidad del texto, por su parte, también fueron rechazadas. Si en la sesión plenaria de este miércoles se reafirman estas posturas, quedará confirmado que el espíritu de consenso de los Acuerdos de la Villa solo ha durado un verano. Los intentos por seducir a la izquierda al reservar el 10 por ciento del presupuesto, unos 500 millones de euros, para ejecutar los puntos aprobados por unanimidad, no han surtido efecto. «Hemos tenido abierta la puerta para negociar, ha sido un ofrecimiento sincero. Si hubiesen querido negociar las enmiendas hubieran tenido otra naturaleza», reprochó ayer a Más Madrid y PSOEla vicealcaldesa, Begoña Villacís. Sin embargo, el diálogo «honesto» sí que parece haber convencido a Vox, a pesar de que no se han cumplido todas sus peticiones. En concreto, se ha eliminado la palabra «varón» del programa específico de atención a «víctimas de violencia intrafamiliar» que querían reforzar solo para hombres. Tampoco se ha aceptado suprimir las subvenciones que reciben los sindicatos CC.OO. y UGT, entre otros. Aunque, a cambio, sí se concederán ayudas directas a la Fundación Madrina para mujeres embarazadas en situación de exclusión social.
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