El expresidente balear, Jaume Matas, ha salido de la cárcel para no regresar. Instituciones Penitenciarias le ha concedido el tercer grado propuesto por la Junta de Tratamiento de la cárcel de Aranjuez donde el exministro cumplía condena y lo ha hecho después de que Matas superara el pasado 22 de agosto la mitad de los 4 años y tres meses de privación de libertad que le fueron impuestos por los casos Nóos y Ópera. Su destino es ahora un Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares, en Madrid, un establecimiento penitenciario donde ingresó ayer y donde cumplirá el resto de la pena en un régimen de libertad progresiva que acabará en abierto. A Matas, que ingresó en la cárcel en junio de 2018 por prevaricación, fraude y tráfico de influencias, le ha sido otorgada la modalidad más restrictiva del tercer grado, esto es, la regulada por el artículo 82.1 del Reglamento Penitenciario para penados «con una peculiar trayectoria delictiva, personalidad anómala o condiciones personales diversas, así como cuando exista imposibilidad de desempeñar un trabajo». Esto significa que, al margen de los 48 días de permiso al año repartidos en dos semestres y fines de semana que le corresponden en esta fase final de la condena, deberá dormir todos los días en estas dependencias y únicamente podrá disfrutar de las salidas que determine el CIS con objeto de que «reciba tratamiento en otro sitio, fines laborales o realice un voluntariado», explicaron a este diario fuentes oficiales. Las mismas que aseguraron que, en principio, no se espera que el plan de ejecución que describa el Centro, y que está pendiente, le permita estar en la calle «todos los días de semana». Nóos y caso Ópera La semilibertad del que fuera presidente del archipiélago balear fue adelantada ayer por «Vozpopuli», que precisaba que esta condena que tiene pendiente de extinguir Matas se corresponde en tres años y 8 meses por participación en el caso Nóos, a lo que sumó, estando ya entre rejas, a otros siete meses de cárcel por su responsabilidad en el llamado caso ópera, relativo a la contratación ilegal del arquitecto Santiago Calatrava. En la actualidad, Matas ya no tiene ninguna causa judicial abierta o pendiente de juicio. La práctica totalidad de los procesos a los que tuvo que enfrentarse en estos últimos años tuvieron que ver con el llamado caso Palma Arena, en el que se investigaba el sobrecoste de este equipamiento deportivo. El pasado mes de enero, el archivo de la pieza principal del caso Arena supuso poner fin a esta macrocausa, que llegó a contar con hasta 28 piezas separadas. El antiguo mandatario isleño fue imputado en la mayoría de ellas, pero esa circunstancia no supuso que acabase sentándose siempre en el banquillo. Otras causas Cabe recordar que además de las dos ya citadas penas de prisión por los casos Nóos y Ópera, Matas fue condenado en su momento a otras dos penas de cárcel. Así, el expresidente balear entró por vez primera en prisión en julio de 2014. En aquella ocasión, cumplió una condena de nueve meses y un día en el centro penitenciario de Segovia por tráfico de influencias, en el marco de una de las piezas separadas del caso Palma Arena, en concreto, por favorecer a un amigo periodista con una subvención. Con posterioridad, en julio del pasado año, la Audiencia Provincial de Palma condenó a Matas a un total de 10 meses de cárcel en el marco del llamado caso Son Espases, que no tenía ninguna relación con el caso Palma Arena. El tribunal le consideró culpable de un delito de fraude y de otro de tráfico de influencias. Este último fallo fue recurrido ante el Tribunal Supremo y aún se encuentra pendiente de una resolución definitiva. En el caso Son Espases se investigaron las presuntas irregularidades que se habrían cometido en 2006 a lo largo del proceso de adjudicación de las obras de construcción del macrohospital del mismo nombre, ubicado en Palma de Mallorca. En concreto, se intentó dilucidar si por parte de Matas hubo un intento de amaño del concurso público convocado entonces.
Matas, tercer grado sin causas judiciales pendientes
El expresidente balear, Jaume Matas, ha salido de la cárcel para no regresar. Instituciones Penitenciarias le ha concedido el tercer grado propuesto por la Junta de Tratamiento de la cárcel de Aranjuez donde el exministro cumplía condena y lo ha hecho después de que Matas superara el pasado 22 de agosto la mitad de los 4 años y tres meses de privación de libertad que le fueron impuestos por los casos Nóos y Ópera. Su destino es ahora un Centro de Inserción Social (CIS) de Alcalá de Henares, en Madrid, un establecimiento penitenciario donde ingresó ayer y donde cumplirá el resto de la pena en un régimen de libertad progresiva que acabará en abierto. A Matas, que ingresó en la cárcel en junio de 2018 por prevaricación, fraude y tráfico de influencias, le ha sido otorgada la modalidad más restrictiva del tercer grado, esto es, la regulada por el artículo 82.1 del Reglamento Penitenciario para penados «con una peculiar trayectoria delictiva, personalidad anómala o condiciones personales diversas, así como cuando exista imposibilidad de desempeñar un trabajo». Esto significa que, al margen de los 48 días de permiso al año repartidos en dos semestres y fines de semana que le corresponden en esta fase final de la condena, deberá dormir todos los días en estas dependencias y únicamente podrá disfrutar de las salidas que determine el CIS con objeto de que «reciba tratamiento en otro sitio, fines laborales o realice un voluntariado», explicaron a este diario fuentes oficiales. Las mismas que aseguraron que, en principio, no se espera que el plan de ejecución que describa el Centro, y que está pendiente, le permita estar en la calle «todos los días de semana». Nóos y caso Ópera La semilibertad del que fuera presidente del archipiélago balear fue adelantada ayer por «Vozpopuli», que precisaba que esta condena que tiene pendiente de extinguir Matas se corresponde en tres años y 8 meses por participación en el caso Nóos, a lo que sumó, estando ya entre rejas, a otros siete meses de cárcel por su responsabilidad en el llamado caso ópera, relativo a la contratación ilegal del arquitecto Santiago Calatrava. En la actualidad, Matas ya no tiene ninguna causa judicial abierta o pendiente de juicio. La práctica totalidad de los procesos a los que tuvo que enfrentarse en estos últimos años tuvieron que ver con el llamado caso Palma Arena, en el que se investigaba el sobrecoste de este equipamiento deportivo. El pasado mes de enero, el archivo de la pieza principal del caso Arena supuso poner fin a esta macrocausa, que llegó a contar con hasta 28 piezas separadas. El antiguo mandatario isleño fue imputado en la mayoría de ellas, pero esa circunstancia no supuso que acabase sentándose siempre en el banquillo. Otras causas Cabe recordar que además de las dos ya citadas penas de prisión por los casos Nóos y Ópera, Matas fue condenado en su momento a otras dos penas de cárcel. Así, el expresidente balear entró por vez primera en prisión en julio de 2014. En aquella ocasión, cumplió una condena de nueve meses y un día en el centro penitenciario de Segovia por tráfico de influencias, en el marco de una de las piezas separadas del caso Palma Arena, en concreto, por favorecer a un amigo periodista con una subvención. Con posterioridad, en julio del pasado año, la Audiencia Provincial de Palma condenó a Matas a un total de 10 meses de cárcel en el marco del llamado caso Son Espases, que no tenía ninguna relación con el caso Palma Arena. El tribunal le consideró culpable de un delito de fraude y de otro de tráfico de influencias. Este último fallo fue recurrido ante el Tribunal Supremo y aún se encuentra pendiente de una resolución definitiva. En el caso Son Espases se investigaron las presuntas irregularidades que se habrían cometido en 2006 a lo largo del proceso de adjudicación de las obras de construcción del macrohospital del mismo nombre, ubicado en Palma de Mallorca. En concreto, se intentó dilucidar si por parte de Matas hubo un intento de amaño del concurso público convocado entonces.
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